in Desarrollo Humano

Pedí y recibí.

«Le pedí a Dios fortaleza para poder avanzar; recibí salud para poder aprender a obedecer.

Pedí riquezas para ser feliz; recibí pobreza para ser sabio.

Pedí poder para conseguir la alabanza de los hombres; recibí debilidad para sentir la necesidad de Dios.

Pedí todas las cosas para poder disfrutar de la vida; recibí vida para poder disfrutar de las cosas.

No recibí nada de lo que había pedido –de lo que había esperado–, pero…

…mis oraciones fueron contestadas».

–San Francisco de Asís.

Aprendí que la oración no es dictaminar. La oración no es decirle a Dios lo que tiene que hacer y que Él inmediatamente obedezca. Aprendí que la oración es cooperar con Dios para que Él pueda hacer Su voluntad. Aprendí a no desanimarme cuando Dios dice: \”Espera\”, o cuando nos da una cosa distinta a la que pedimos. Recuerda: el Padre siempre sabe qué es lo mejor.

Escribe un comentario

Comment

  1. Siempre es una delicia leerle Dr Ariza, desde que le conocí porque ofreció una plática a la empresa donde trabajo supe que usted está tocado por la mano de los dioses, siga usted mejorando la calidad de vida espiritual de quienes le necesitamos , bendiciones