Si has vivido la experiencia de cambiarte de casa descubres cuántas cosas has acumulado y que en verdad no necesitaste nunca. Esto me ha invitado a filosofar un poco al respecto el día de hoy. Estoy convencido de que cuando vives con una clara misión, puedes vivir extraordinariamente bien con tan poco!
La acumulación de bienes suele suceder cuando un vacío existencial le resulta tan doloroso a la persona -esto muchas veces inconsciente- que intenta llenar ese vacío mediante la acumulación de bienes. Nunca lo llenará. El vacío es interior y los bienes exteriores. En el intento de llenar el vacío interior con bienes exteriores nunca acabará y así nace un círculo vicioso de acumulación. La persona acaba para colmo debajo de su propia acumulación. De esto no se da cuenta la persona vacía, esa sin misión ni verdadera alegría por vivir. Pienso que por ello “el sistema” parece que hace todo lo necesario para que la persona no encuentre su misión existencial… y así tiene a un consumidor cautivo casi de por vida.
Cuando una persona vive una clara misión existencial ya es una dicha pero parte de lo que considero un premio a ello es lo poco que necesita para cumplirla. Como si la estrategia consistiera en estar más libre para poder cumplir. Claro que todos necesitamos bienes materiales, pero en este caso se tornan meras herramientas para cumplir con un objetivo muchísimo mayor, a diferencia de cuando los bienes son los objetivos para la persona vacía. Parafraseo a Octavio Paz cuando atinadamente afirmó: “Cuando el medio se vuelve fin se convierte en agente de destrucción”.
A mí en lo personal me alegra mucho descubrir lo poco con lo que puedo vivir extraordinariamente bien. Y cada cambio que tengo, suelo despojarme de más y más bienes que acumulé y que con el paso del tiempo observo con toda claridad que no necesito. Paradoja: una vida simple es más llena. Sin duda, como lo he afirmado en mi libro El verdadero éxito en la vida más allá del ego: menos es más.
Si sientes emoción, demasiada, frente a un bien material, es posible que sea herramienta para cumplir tu misión. Si sientes ansiedad frente a un bien material, incluso pudiendo combinar esa ansiedad con cierto gusto, es posible que solo se trate de un intento de tu ego por llenar cierto vacío existencial. Cuando vayas a adquirir un bien, pregúntate si te traerá paz y alegría. Si es así, sugiero que procedas a su adquisición, pero si no sientes paz y alegría conjuntas, sino un tipo de gusto combinado con ansiedad, sugiero que no adquieras ese bien. Detente a sentir bien. Analiza detenidamente tu sentir momentos antes de toda compra porque por falta de costumbre en autoanalizar tus sentimientos puedes confundirte. La adquisición de un bien que realmente no necesitas no te acercará al bien del contacto con tu centro, ahí donde está tu misión. Despójate de lo que no te acerque a tu misión existencial y observa lo que sucede. ¡Emoción por Existir! -Alejandro ArizA.