Para quien logra concentrarse, para quien logra no hacer más nada que una verdadera lectura de comprensión de esta breve historia, ¡podrá encontrar tanta verdad y valor en ella! ¡Tantísima! Que el que tenga ojos que vea y que el que tenga oídos que escuche. Por eso la he elegido para que desfile en mi blog. Aquí está para ti. Disfrútala.
Nasrudin amaba a una mujer que vivía en el otro extremo del desierto, así que decidió tomar un camello y dirigirse al encuentro de su amada. Partió al medio día, pero al atardecer se dio cuenta que el camello había dado una vuelta en círculo y había regresado al oasis donde él estaba. Así que decidió volver a intentarlo por la noche, porque tal vez –pensó- el camello no quería viajar al calor del medio día. Al llegar la noche emprendió nuevamente el viaje, pero al despuntar el alba, vio para su asombro que el camello había regresado nuevamente al oasis. Así que reflexionó: “evidentemente la amada del camello está en este oasis”. Así que abandonó su camello, se puso unos zapatos y encaró el desierto, porque para ir al encuentro de la Amada hay algo que dejar, una decisión que tomar y un camino que iniciar.
hola Alejandro, es verdad en el Sendero se entra solo.saludos
Gracias por tus comentarios Georgina.
Es algo tan verdadero, sólo que a veces no entendemos el mensaje!
Que gran reflexion, me ha dado!! Gracias, hoy puedo decir que se lo que tengo que hacer.
Me alegro Karen. Saludos y bendiciones.