La llave del nosotros y la puerta de cristal

Un lugar es fuente de recuerdos cuando en él estuviste con quien amaste o amas. Un lugar se puede volver mágico por el encanto de la compañía en ese lugar. Lo que viviste se te aparece como fantasma del pasado en el presente cuando te vuelves a aparecer en ese lugar. Parece como si ese fantasma se quedara en el lugar solo para aparecércete si lo vuelves a visitar. El fantasma puede ser bueno, o no. El hecho es de que lo creas visitando un lugar y quizá el fantasma, nada pendejo, es el que se queda en el lugar porque fue hermosa la experiencia. Se regresan los participantes de su creación, pero él se queda ahí. Listo para aparecércete cuando regreses y solo lo puedas ver pero sin poder entrar. Hay una puerta de cristal.
A veces es tan hermoso ese fantasma llamado \”nosotros\” que cuando no lo visitan los creadores, él se aparece con más intensidad para hacerte recordar que la magia se sintió en el lugar pero la magia nunca estuvo en ese lugar físico sino en el hecho de haber sido visitado por el \”nosotros\”.
Un lugar puede ser bello sin duda, pero esa hermosura cobra sentido solo cuando es apreciada por \”nosotros\”. Pareciera que el más auténtico disfrute nunca se sucederá por el lugar elegido para vivirlo, sino por estar junto con quien le da sentido a la capacidad de disfrute. Uno solo puede disfrutar, pero solo estando con quien se ama es que ese disfrute tiene sentido. Parece que la alegría de disfrutar no sienta su existencia en el gozo sino en el sentido. La felicidad es cuestión de sentido. Si el lugar es para disfrutarse pareciera estar detrás de una puerta que solo se abre con la llave del \”nosotros\”.
Quizá por eso hay lugares que son una puerta donde solo se podrá abrir con aquella llave.
Si pierdes la llave, qué sentido tiene intentar abrir una puerta de cristal donde solo puedes ver a través de ella, pero jamás entrar. Nostalgia estar parado frente al lugar, sin poder entrar a él. Se requiere de la llave. De lo contrario solo verás a través de la puerta de cristal imaginando los aromas y texturas que hubieron del otro lado, pero de lo cual solo queda el fantasma del recuerdo. Más inteligente regresar con la llave o ir a otro lugar.