Cuando has recibido tanto, no tardas en sentir muy dentro tuyo un sentimiento que te obliga a dar. Descubres que eres un mero canal por donde la abundancia fluye. Descubres que nada posees, todo puedes disfrutar al sentir cómo pasa a través de ti, y de hecho, sólo si lo dejas pasar es que sigue fluyendo hacia ti. Por eso he explicado en tantas de mis conferencias que la abundancia no es algo que llegas a tener, más bien es algo con lo que llegas a sintonizar.
Hoy especialmente me sentí así. Hoy Dios me puso una vez más a cumplir con sus planes y noto perfecto cómo fluyen a través de mí tantas ideas y conceptos “ideales” que momentos antes de subir al escenario no tengo ni la más remota idea de que saldrían así. Desde hace muchos años he aprendido a confiar en esta incertidumbre previa a la certidumbre total sucediendo. Tiene un encanto esta experiencia. Y cuando así descubro tanto que se me da, de inmediato siento el impulso por compartir. Y es que una persona normal, no puede quedarse con tanto, habría “empacho”. Y… ¡qué bonito se siente poder dar! ¡Qué experiencia tan “divina”! Llegan a dar ganas de querer recibir más y más, tan solo para poder dar más y más. Uno no se queda con nada, uno solo saborea la experiencia de ir pasando lo que se recibe. Uno se descubre mensajero.
Hoy, breves líneas que quería plasmar para ti, para mí. Hoy fue un maravilloso día. Magia intensa.
Gracias por todo lo que nos comparte para quedarse aquí en lo mas intimo de nuestro ser, gracias por existir. He aprendido a conocer mas de la vida.
Me alegra Marlene.
MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TAN VALIOSA INFORMACIÓN!
Gracias a ti por comentar Ma Leticia
me encanta la forma como nos sintonizas con el creador
Gracias por verlo así Mercedes.