En mi vida de relación he aprendido que lo más hermoso que una mujer -o cualquier pareja, dado el caso- le puede dar a un hombre es que el hombre le vea feliz.
¿Quieres mejorar tu vida de relación? Haz lo que te haga feliz y ¡muéstrate así de feliz frente a tu hombre! Y si esa fuente de felicidad es algo que el hombre pudo hacer para ayudarte a ser feliz, ¡con más razón muéstrate frente a él feliz! Verás cómo la felicidad de verdad se multiplica. Los hombres nos sentimos atraídos a una pareja al verla feliz por algo que ella haga en forma independiente. Los hombres nos sentimos realizados al creer que hemos aportado las condiciones para que la pareja encuentre su fuente de felicidad propia.
Los mejores momentos de mi vida de relación los tengo intensamente grabados en mi ser siendo aquellos momentos donde vi a mi pareja brincar de alegría -literalmente brincar-, sonreír y fluyendo en paz en su quehacer. Algo que pocos hombres confiesan es esto precisamente: nos enamora ver a nuestra pareja feliz. Un hombre quiere estar con su pareja cuando ésta se ve feliz. ¡Y lo contrario es valedero también! De hecho, esa es la razón por la que muchos hombres se alejan de sus parejas (y empiezan a preferir a otras): empezó a mostrarse aburrida, frustrada, amargada, triste, preocupada, quejándose de todo, etc. ¡Esa es la principal razón del inicio de un distanciamiento.
El hombre se siente irremediablemente atraído por una pareja que manifieste el tremendo magnetismo de su felicidad. Y la mujer, o la pareja que sea, debe descubrir con asombro que su felicidad depende ¡exclusivamente de sí misma! Por eso una linda persona que se posee a sí misma es alguien que un hombre desea poseer, en el mejor y buen sentido del sentido del anhelo de posesión.
Nada atrae más a un hombre que la alegría de su pareja. Ni siquiera un cuerpo hiper atractivo, sexy y candente, y mucho menos un rostro bonito. Una carita hermosa acompasada de un cuerpo “buenísimo” solo se antoja para estimularse sexualmente. Es meramente reducto a cosa que se antoja usar. Exclusivamente para eso -y para muchos hombres parece suficiente por acuerdo mutuo-. Si el tiempo que una mujer emplea en el uso de sus cosméticos y vestimenta fuera equiparable al tiempo que usa para cultivarse en el desarrollo de su propio ser interior encontrando ahí una fuente de felicidad propia, la vida de esa mujer y del hombre que tenga la dicha de tenerla a su lado, sería una sinfonía de alegría y bienestar. Ese tipo de parejas empiezan a dejar de necesitar maquillaje y hermosas prendas para verse bien…, porque están bien, son el bien. Una persona feliz se antoja para estar con ella de por vida, dan ganas de ser parte de la vida de esa persona, porque la manifiesta felicidad de la pareja es el más poderoso atractivo como fuente oculta de felicidad y realización para el hombre que tiene la suerte y la dicha de tenerla a su lado.
Hoy mi parte masculina confesó lo que alcanzo a ver y a sentir en ese arte de la vida de relación.